La semana que pasó dejó claramente en evidencia que si se buscaba encontrar en el resto del mundo los responsables de la fuerte caída del mercado accionario o la suba del riesgo país se está errando en el diagnóstico.
Es que los índices norteamericanos tuvieron una semana en la que pudieron marcar nuevos récords históricos (superando los valores observados en enero), Europa tuvo una buena semana y los mercados emergentes también.
Si ampliamos un poco el margen temporal del análisis, podremos notar en el gráfico a continuación donde se compara la evolución del índice Merval medido en dólares y el ETF que replica el rendimiento de una canasta de acciones de mercados emergentes (EEM: NYSE) que la Argentina acompañó los movimientos de este e incluso los superó luego del optimismo que despertaron las elecciones legislativas de medio término del año pasado. Sin embargo, a partir del mes de mayo (cuando se acentuó la corrida contra el dólar) el comportamiento claramente se disoció del que tuvieron el resto de los mercados emergentes. Paradójicamente esto se produjo cuando dejamos de ser mercado de frontera y pasamos a ser emergentes.
Dentro de la caída de acciones, la nota saliente la dieran las acciones de Banco Supervielle (SUPV) el día viernes con una caída del 30,77% en el precio de sus acciones, valor no observado de caída para acciones bancarias desde épocas de la crisis subprime o de la confiscación de los fondos de las AFJP. Entre los principales motivos, estuvieron un balance que no convenció al mercado al que se sumó un empeoramiento de los indicadores de morosidad de la cartera de préstamos de la entidad. Vale la pena preguntarse si el castigo no ha sido excesivo para una entidad que en el último tiempo amplió sus unidades de negocio con la adquisición de Invertir Online. Si uno mira indicadores de valuación como Precio/Ganancias o Precio/Valor Libro la acción luce extremadamente barata no sólo comparada con otros bancos de la región sino también con otros bancos argentinos. Pero como reza el refrán “flujo mata fundamentos” y en este momento el flujo de dinero de los inversores pareciera haberle bajado el pulgar a la acción de SUPV.
¿Priorizar el dólar o el riesgo país?
El debate que en estos momentos se están haciendo en el seno del gobierno es si priorizar la lucha por contener el dólar (buscando frenar la suba en la inflación) pero a costa de sacrificar más de los dólares de las reservas y de los provistos por el FMI, en medio de un contexto en donde todas las monedas emergentes están cayendo frente al dólar. Esta situación de caída de reservas haría subir el riesgo país frente a la menor capacidad de pago.
Por el contrario, si el gobierno quisiera recuperar parte del terreno perdido en Riesgo País este año pensando en la posibilidad de no depender exclusivamente del financiamiento por parte del FMI y de Organismos de Crédito Internacional, no sacrificar inútilmente reservas para contener un dólar incontenible en el mundo debería ser la clave.
Desde el punto de vista del inversor, anticiparse al comportamiento que tendrá el gobierno hacia adelante en este sentido puede resultar clave en la forma de conformación del portafolio.
Si el inversor considerara que el gobierno va a buscar contener el dólar y esto tendrá el consiguiente efecto de suba del riesgo país, debería sobreponderar en su cartera la participación de bonos muy cortos en dólares (para no sufrir tanto con la suba del riesgo país) como el Bonar 2018 (AN18) que vence en noviembre y tiene actualmente una TIR de 4,6% o incluso de las Letes en Dólares. A esto, con una participación menor frente al riesgo de que el gobierno no puede ejecutar su plan con éxito, las Lebacs otorgan una alta tasa de interés en caso de que el dólar no se mueva demasiado (algo que no ha venido sucediendo en este año con la sola excepción del mes de julio).
En cambio, si el inversor viera como más factible que el gobierno se focalice más en bajar el riesgo país y deje correr al dólar hasta alcanzar un valor en el que los inversores dejen de comprar, sería recomendable posicionarse en bonos en dólares de la parte media de la curva como el Bonar 2024 (AY24) o incluso el Discount u$s 2033 (DICA) con rendimientos de 10% y 10,9% respectivamente y una posibilidad de fuertes ganancias de capital en caso de que el gobierno tenga éxito en el proceso de baja del riesgo país.
Nota Publicada en El Economista – 27/08/2018
Luego de un comienzo de semana en el que el riesgo país tocó su mayor valor de los últimos años (747 puntos el día lunes) y el dólar amenazó con volver a dispararse, una batería de medidas anunciadas por el BCRA (desarme de Lebacs y suba de encajes bancarios, las más destacadas) y el Ministerio de Hacienda (tendientes a reducir el déficit fiscal de 2018 y 2019) trajeron tranquilidad a un mercado de Renta Fija que comenzaba a otorgar valores mucho más propios de un país al borde de default y no de uno con la capacidad de pago actual de la Argentina.
Por un carril totalmente distinto se movieron las acciones argentinas, donde todavía los cuadernos parecieran estar pesando más en sus cotizaciones.
¿Cómo posicionarse ante una caída del riesgo país?
El castigo que vienen sufriendo los bonos argentinos desde el mes de abril (y que se aceleró en los últimos 2 meses) llevó a algunos bonos incluso cotizar por debajo de sus paridades.
Quizás el exceso de bonos emitidos en los últimos años y la mayor liquidez de estos terminó jugando en contra en un escenario en donde muchos fondos del exterior tenían que desarmar posiciones en bonos emergentes, donde claramente estaban sobreponderados en bonos argentinos. Si uno comparaba la tasa que llegaron a pagar los bonos argentinos con las de otros países de condición y calificación crediticia similar, claramente el castigo fue excesivo.
Pasado el temblor, esta semana se dio una caída importante en el riesgo país (cerrando la semana en 671 puntos luego del pico de 747 puntos) que generó ganancias importantes de capital para aquellos inversores que se animaron a comprar a esos valores.
Mirando hacia adelante, las TIR que ofrecen hoy los bonos son más que atractivas en la relación riesgo-retorno. Así, por ejemplo encontramos para perfiles conservadores un bono como el Bonar 2.020 (AO20) rindiendo 8% con una Duration de apenas 1,9. Para perfiles moderados, el Bonar 2.024 (AY24) rinde hoy 9,2% y su Duration es de 2,6. Por último, para perfiles agresivos, el Discount 2.033 en dólares (DICA) rinde 10,5% con una Duration de 6,4.
Pero en este momento más que nunca los inversores de Renta Fija no deben sólo mirar el rendimiento que les estarán otorgando los cupones sino también las posibles variaciones de capital frente a un cambio en las tasas de interés.
En la siguiente tabla se presentan las ganancias de capital que generaría para un inversor de estos bonos las posibles variaciones en el Riesgo País:
Así, por ejemplo, en un escenario en que el Riesgo País cayera a 570 puntos básicos (valor que teníamos a comienzos de mes), el AO20 otorgaría 1,82% de ganancia de capital en dólares, el AY24 2,52% y el DICA 6,38%.
Por su parte, si la caída del Riesgo País nos llevara a volver a los valores de mayo (en la zona de los 470 puntos), las ganancias observadas serían del 3,70% para el AO20; 5,16% para el AY24 y 13,39% para el DICA.
Por último, si el optimismo nos llevara a pensar que el Riesgo País podría volver a los niveles del mes de Enero (en torno a los 370 puntos básicos, momento en el que Caputo con un timing perfecto colocó u$s 9.000 millones de deuda), las ganancias serían del 5,64% para el AO20; 7,91% para el AY24 y 21,10% para el DICA.
Como se verá, las posibilidades de retorno son más que interesantes en este momento. Sin embargo, no se trata de un camino exento de riesgos y el inversor también debería considerar que una suba en el Riesgo País también podría golpear a los bonos.
Así, por ejemplo, si el Riesgo País tocara los 770 puntos básicos (valor que tocó por última vez en diciembre de 2014 en medio del conflicto con los fondos buitres y el default selectivo) las pérdidas de capital que arrojarían los bonos serían del 1,77% para el AO20; 2,41% para el AY24 y 5,82% para el DICA.
Nota Publicada por El Economista – 21/08/2018
Muchos argentinos compran dólares para resguardar sus ahorros. No caben dudas de que este año ha sido buen negocio. Pero, si tengo que ahorrar por varios años, ¿me conviene?
Los argentinos no confían en el peso para resguardar sus ahorros. Basta con mirar la historia argentina para entender los motivos.
Un país donde la inflación acumulada entre el año 1.970 y 1992 llevo a que se eliminen 13 ceros (y quizás ya esté siendo necesario que se elimine alguno más) basta y sobra como razón para buscar otra divisa para ahorrar.
Y es en el dólar norteamericano donde la mayoría de los argentinos han encontrado su refugio. Pero… ¿es esto una buena decisión?
Al asumir al frente del BCRA, el ahora expresidente de la entidad, Federico Sturzenegger se había puesto como una de sus metas conseguir que los argentinos vuelvan a animarse a invertir pesos, que los bancos vuelvan a dar préstamos hipotecarios en pesos y que las propiedades se tasaran en pesos (o al menos en UVAs).
Lamentablemente todos sabemos cómo terminó su experimento. La inversión en Lebacs, que los medios denominaban “bicicleta financiera” y los especialistas “Carry Trade”, terminó muy mal. Una nueva devaluación hizo que los ahorros de aquellos que se animaran a apostar en la moneda argentina sufrieran un fuerte golpe y pérdida del valor de su dinero medido en moneda dura.
Y es aquí donde ciertas creencias universalmente aceptadas se arraigan aún más en el inconsciente colectivo argento: “el dólar siempre es una muy buena inversión”.
No caben dudas que en 2018 lo ha sido, basta con mirar los números. En lo que llevamos del año el dólar acumula una suba cercana al 46%.
Hasta junio según el Indec la inflación acumulada en el año era del 16%. Si a esto le sumamos la inflación estimada por consultoras privadas, nos arroja que estaríamos cerca de un 20% acumulado en el primer semestre del año.
Un número elevado y por encima de toda meta impuesta por el gobierno, no caben dudas. Pero bien por debajo de lo que ha subido el dólar en el año.
Desde la salida de la convertibilidad, pocos años le ganó a la inflación.
Pero cuando uno sale del cortoplacismo y piensa en cómo construir un patrimonio, no se puede basar en los resultados de un único año para tomar decisiones.
Al menos no sería lo más inteligente.
Si analizamos desde la salida de la Convertibilidad en el año 2.002, podemos llegar a la conclusión de que el dólar no sirvió para cubrirse de la inflación.
Si tomamos los 16 años cerrados (el 2.018 aún no terminó) podremos notar que sólo en 3 años (2.002; 2.012 y 2.013) el dólar subió más que la inflación (esto incluso tomando el valor del dólar blue durante el período del cepo cambiario). El 2.018 estaría siendo recién el 4to año en 17 en el que estaría sirviendo para al menos no perder poder adquisitivo.
Y si analizamos el período completo desde 2.002 hasta hoy, podremos observar que mientras el dólar subió un nada despreciable 2.614%, la inflación fue aún más alta subiendo un 2.942%.
Entonces, ¿en qué invertir en el largo plazo para ganarle a la inflación?
Bueno, derribado el mito de que con el dólar se le gana a la inflación, queda un vacío existencial donde uno se pregunta qué hacer con su dinero para no perder frente a la inflación. ¿Hay que caer en el consumo y comprar todos los bienes que podamos antes de que se desvalorice nuestro dinero?
Lamentablemente esa es la decisión que toma la gran mayoría de los argentinos.
Pero hay un pequeño grupo, menor al 1% de la población, que decide invertir sus ahorros en acciones argentinas.
¿Cómo le ha ido a este grupo desde la salida de la Convertibilidad?
Los números hablan por sí solos. Te los comparto en la siguiente tabla:
Allí podrás observar en cada año cuánto fue la inflación, cuánto la suba del dólar y cuánto el retorno del índice Merval (índice que mide el desempeño de las acciones argentinas).
Para hacerlo más sencillo a primera vista, utilice el criterio de semáforo en cada año pintando de verde al mayor valor, de amarillo al intermedio y de rojo al peor.
Así, podrás notar que hubo 3 años en que ni el dólar ni el Merval le pudieron ganar a la inflación: 2.007, 2.008 y 2.011.
Para los amantes del dólar como inversión, quizás les sorprenda observar que en 10 de los 16 años bajo análisis la divisa norteamericana es la peor de la tabla. Por el contrario, apenas en 2 años fue la mejor inversión (2.002 y 2.012). ¿Quizás está un poco sobrevalorado su concepto, verdad?
Pero vayamos ahora del otro lado de la vereda. ¿Cómo le fue al Merval?
Bueno, en 11 de los 16 años fue el mejor y sólo en 4 fue el peor de los tres. Pero lo que más debemos destacar para aquellos que buscan al menos conservar el poder adquisitivo de su capital es que en 12 de los 16 años el Merval le ganó al inflación. Podríamos decir que tuvo una tasa de efectividad del 75% de los años contra el apenas 19% del dólar.
Quizás te estés preguntando por la foto completa de todos estos años.
Bueno, si miramos el período 2.002-2.017, el dólar subió un 1.762% (el número que te mencioné antes llegaba hasta hoy) mientras que la inflación estuvo bien por encima de eso alcanzando un 2.623%.
Pero si el dólar quedó lejos de la inflación, ni que hablar de lo lejos que quedó del Merval.
Es que desde 2.002 hasta el año 2.017 el índice Merval acumuló una suba de 10.078%!!!
No es necesario ser millonario para invertir en la bolsa
Quizás después de ver estos números te sientas un poco deprimido pensando que la inversión en acciones argentinas con éxito es algo imposible para el argentino de a pie y que deberás resignarte a seguir perdiendo poder adquisitivo comprando dólares y sintiéndote como un buen inversor una vez cada varios años cuando se produzca una nueva devaluación.
Pero no es así. Hoy existen opciones que desde pequeños capitales te permiten comenzar a invertir.
Así que, ya sabés, si querés empezar a hacer rendir más tu capital y dejar de perder poder adquisitivo comprando sólo dólares, quizás empezar a mirar y comprender el mundo de las acciones sea una decisión que cambie tu vida financiera para siempre.
La semana pasada se dieron a conocer los resultados de un nuevo Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), en el que destacó un incremento en las expectativas de inflación para este año.
Mientras que en la encuesta del mes pasado se esperaba una inflación del 30% para 2.018, en este mes se aleja de dicho valor y alcanzó 31,8% según las estimaciones de los especialistas que consulta el BCRA.
Por otra parte, por el lado del dólar también se vio un incremento en el valor esperado hasta los $30,50 para fin de año. Esto a pesar de la caída de 5,26% que observó la divisa norteamericana durante el mes de julio, que pareció no tranquilizar a los especialistas.
Con estos números en mente, un inversor de Renta Fija podría armar su estrategia de inversión según los instrumentos que se beneficien más en cada escenario: bonos en dólares, Lebacs o bonos CER.
Sin embargo, hasta aquí las estimaciones del REM no han sido muy acertadas. Si bien sus números han estado más cerca de la realidad que las metas de inflación del gobierno, tampoco es que esto represente un gran mérito. Basta con mencionar que el REM de diciembre de 2017 (publicado en enero) mencionaba una inflación de 17% para todo 2018 (ya hemos superado ese valor en lo que llevamos del año) y un dólar a $20,40 para fin de año (que salvo un cambio rutilante de expectativas no estará ni cerca del valor con el que terminará la divisa norteamericana el año).
¿Y qué nos dicen los precios de los bonos?
Bueno, si al inversor no le alcanza sólo con los números reflejados por el REM, otra herramienta que tiene a mano es realizar la comparación entre las distintas curvas de bonos. De esta manera puede calcular cuáles son los valores implícitos en estas curvas que espera el mercado.
Así, por ejemplo, podemos comparar la curva de bonos soberana en pesos a tasa fija con la curva de bonos soberanos en pesos con ajuste CER. Del despeje entre ambas, podremos obtener la expectativa de inflación no sólo para 2018 sino también para los años siguientes.
De esta manera podemos observar que en principio el Mercado estaría casi comprando la declaración de Mauricio Macri que dijo que el año que viene bajaría en 10% la tasa de inflación, pero no su pronóstico para 2.020 de una inflación de un dígito.
Según se desprende de la comparación, el mercado esperaría un 29% de inflación para cerrar este 2.018, un 20% en 2.019 y un 16% en 2.020.
Entonces, ¿con qué nos quedamos?
Hay instrumentos que se benefician en cada escenario. Por ejemplo, un inversor podría preguntarse si la alta tasa de las Lebacs compensará la inflación en mayor medida de lo que podría hacerlo un bono CER. Y, en esta comparación entre el REM y la curva de bonos podremos notar que el REM espera cerca de un 32% de inflación y los bonos un 29%.
Si confiamos en las expectativas del REM, hoy el mercado nos da la oportunidad de obtener una ganancia adicional comprando bonos con ajuste CER, ya que la inflación implícita es menor en la curva de bonos.
A su vez, también podría el inversor mirar el precio del dólar futuro en Rofex para ver a qué precio podría comprar hoy en el mercado dólares al mes de diciembre y compararlo con las expectativas de los analistas.
Si bien el valor del dólar futuro no representa necesariamente el valor que el mercado espera para el dólar a fin de año (ya que tiene implícito también un componente por parte de la tasa de interés), sí muestra a qué precio podemos acceder hoy.
Y aquí también hay una diferencia entre el REM que espera un dólar a $30,34 para fin de año y el mercado de futuros Rofex que arroja un valor de $31,50 para la divisa norteamericano.
Entonces, un inversor que confiara en las proyecciones de los especialistas que participan del REM podría vender dólar futuro posición diciembre y beneficiarse con la caída que experimentaría en su cotización. Un trade sólo para valientes con los antecedentes observados en 2018.
Como se ve en esta nota, existen herramientas de análisis que pueden ser utilizadas por el inversor en el momento de armado de su portafolio. En este proceso, es muy importante que la conformación de la cartera contenga instrumentos que se beneficien en distintos escenarios (una cartera diversificada), ya que como quedó fuertemente en evidencia en este año el futuro es algo ciertamente impredecible en nuestro país.
Nota Publicada en El Economista – 06/08/2018